1.6. Identificación de la problemática y lesiones más frecuentes en el desarrollo de la actividad laboral

    En cuanto a las enfermedades que presentan los celadores, una de las más destacadas en el ámbito emocional es el síndrome de Burnout. Es un tipo de enfermedad que afecta a la salud mental, la calidad de vida tanto dentro como fuera del trabajo y llegando a poner en riesgo la vida del personal.

     Es ocasionada por la forma en la que afecta las situaciones de estrés y carga emocional al personal sanitario, demostrándolo así con un cansancio o agotamiento emocional, despersonalización y disminución del desempeño de su jornada laboral

Este síndrome presenta una serie de grados de discapacidad:

  • Clase 1: 0% de discapacidad. sintomatología psicopatológica aislada sin disminuir la capacidad funcional.

  • Clase 2: discapacidad leve de 1-24% de discapacidad. La capacidad para realizar una tarea de la vida diaria está conservada o se ve ligeramente disminuida pero se puede llevar a cabo una actividad laboral normalizada, haciendo una excepción en momentos con un aumento importante de estrés. 

  • Clase 3: discapacidad moderada 25-59% de discapacidad. Restricción moderada en ciertas actividades de la vida diaria (incluyendo relaciones sociales) y en la capacidad para desempeñar un trabajo. La persona afectada por este síndrome con esta discapacidad solo podrá llevar a cabo tareas en puestos de trabajos adaptados o en centros especiales de empleo.

  • Clase 4: discapacidad grave de 60-74% de discapacidad. Restricción grave en actividades de la vida diaria como laborales No puede desempeñar un trabajo y necesita una supervisión intermitente.

  • Clase 5: discapacidad muy grave de más de un 75% de discapacidad. No hay posibilidades de que pueda realizar ningún trabajo ya que necesita la ayuda de otras personas para cuidar de sí mismo.

  

     El tiempo máximo de la baja del Síndrome de Burnout es de 12 meses consecutivos y si es necesario se puede ampliar 6 meses más. Si tras fármacos y terapia el personal sanitario no mejora se podrá considerar el síndrome Burnout incapacitante. 

    En los factores ergonómicos que afectan a la figura del celador destacamos las enfermedades musculoesqueléticas que principalmente afectan a la columna vertebral en su conjunto, miembros superiores y miembros inferiores.

    En el ámbito laboral donde desempeña la función de celador no siempre se encontrará las condiciones óptimas para el buen desarrollo de la actividad, ya sea por espacios reducidos, materiales no adaptables o manipulación de personas dependientes en su totalidad.

    La manipulación de pacientes lleva a cabo una realización de tareas con riesgos ergonómicos ya sea por la ejecución de traslados o incluso cambios posturales, realizando esfuerzos forzados que tendrán consecuencia en periodo de tiempo.

Centrándonos más en los problemas físicos que podemos observar en el celador, destacamos los siguientes:

  • Los problemas de circulación surgen debido a su tiempo prolongado en bipedestación en su jornada laboral, pudiendo presentar una serie de enfermedades como:

    • La aparición de varices es debido a una patología que surge en las venas de los miembros inferiores que impide el retorno venoso al corazón por un problema de cierre de las válvulas. 

    • La claudicación intermitente es un dolor muscular intenso que se produce al desarrollar una actividad que necesite gran fuerza con las piernas. Ocurre una obstrucción de las arterias que reduce el flujo sanguíneo del músculo en esta actividad.
    • Los problemas de circulación pueden acarrear otro tipo de lesiones como son contracturas dolorosas, calambres o incluso agujetas por la falta de oxígeno que llega a los músculos de los miembros inferiores.
  • Los miembros inferiores sufren gran número de lesiones producidas por las tareas desarrolladas. Estas pueden ser tanto a nivel musculoesquelético, vasculonervioso o incluso óseo.
    • Es muy habitual que un celador sufra contusiones, siendo estas, golpes sobre una superficie del cuerpo sin provocar una herida abierta. Un ejemplo sería, al  transportar las camillas, siendo este objeto tan grande, pesado y difícil de llevar, las maniobras de giro o pasar por espacios estrechos serían complicadas ya que nos golpearemos, dando lugar a una contusión.
    • Otras de las lesiones a nombrar serían los esguinces. Estos son producidos cuando hay una distensión de los ligamentos. En caso de que esa distensión sea bastante elevada, se podría producir la rotura de los ligamentos, debido a una caída con algún objeto o simplemente un tropiezo.
    • Las luxaciones y las fracturas no son tan habituales como las anteriores. La luxación se produce cuando el hueso se sale de su lugar habitual. Un ejemplo claro, la luxación de la rótula provocada por una caída en el hospital. La fractura se da cuando un hueso se rompe, pudiendo ser cerradas (cuando la piel está intacta) y abiertas (cuando el hueso está expuesto al exterior). Esto puede ser debido a un fuerte golpe con la camilla en su tobillo.
    • Una sobrecarga muscular es un exceso de tensión en una región del cuerpo, en este caso las piernas. No provoca ningún problema grave pero si es muy molesta. Hay que tener en cuenta que en un periodo largo de tiempo, si podrían aparecer lesiones futuras. Puede aparecer después de un largo día de mucho trabajo y apenas descansos o algo frecuente también sería levantar a los pacientes con mala postura.

    • Al igual que hemos mencionado anteriormente, los miembros superiores son una parte del cuerpo que es muy utilizada por el celador, por lo que tiene gran probabilidad de aparición de lesiones. Puede afectar de igual manera que en los miembros inferiores, apareciendo problemas físicos que limitan su función, aunque también aparecen nuevas lesiones. Las lesiones traumáticas según el tiempo de duración pueden ser agudas (<2 semanas), subagudas (2-6 semanas) y crónicas (>6 semanas).

    Clasificándolas según el tejido afectado pueden ser:

    • Tendinosas:

      • Tenosinovitis: inflamación de la membrana sinovial que envuelve al tendón.

      • Tendinitis: afecta al tendón con una reacción inflamatoria. Algunas tendinitis más usuales pueden ser en la muñeca o en el codo (codo de tenista) producido por movimientos repetitivos como transportar camillas.

      • Tendinosis:Degeneración intratendinosa. Un ejemplo sería la tendinosis del supraespinoso por el rozamiento contínuo entre el acromion y el húmero al verse disminuido este espacio.

      • Roturas tendinosas: suelen aparecer en las zonas de inserción óseas y pueden ser incompletas o completas como puede ocurrir en el tendón del bíceps.

    • Musculares:

      • Contusión muscular:Es producida por  un golpe en un músculo.

      • ­ Rotura o desgarro fibrilar:  Algunas fibras musculares se rompen, apareciendo un hematoma como mencionamos a continuación.

      • Hematomas: pueden ser intramusculares produciendo una pérdida de elasticidad muscular que si no se resuelve rápidamente con la producción de la fibrosis cicatricial,  llega a la calcificación. Cuando el hematoma es intermuscular, se sitúa por fuera de la vaina envolvente, drenando a zonas distantes. Se curan sin secuelas por su reabsorción en pocos días  y no suelen dar problemas.

    • Bolsa serosa, destacando la bolsa de la articulación de hombro, muy común su lesión en este trabajo ya que se somete a movimientos repetitivos: 

      • Hemobursa: es la acumulación  hemática en el interior de la bolsa articular. Se suele producir tras traumatismos bruscos e intensos.

      • ­Bursitis por fricción: es producida por el roce de movimientos repetitivos de los tendones, ligamentos y fascias sobre esta bolsa serosa. Puede ocasionar su inflamación y la formación de líquido de características inflamatorias o mecánicas.

    • Ligamentosas:

      • Esguinces: estiramiento o desgarro de los ligamentos. Existen tres tipos de grados según el nivel de dolor y de movilidad de la zona.

      • Rotura: completa o arrancamiento de la inserción proximal al hueso siendo comunes estas lesiones en el hombro y en la muñeca.

    • Articulares:

      • Luxación: la mayor incidencia de luxaciones en este tipo de trabajo ocurre en las articulaciones de los dedos, seguida de la articulación del hombro, zonas con mucha movilidad.

      • Condromalacia: consiste en un reblandecimiento del hueso, con formación de grietas y destrucción con degeneración del cartílago, llegando a la exposición del hueso subcondral.

  • La espalda es una zona muy sensible ya que cualquier daño en la columna vertebral puede ocasionar problemas nerviosos, afectando a la médula espinal. El celador se expone a factores de riesgos que contribuirán a la aparición de dolor de espalda y como consecuencia una lesión más grave. Algunos de los factores de riesgos que podemos mencionar son:

    • La carga está presente durante su ejercicio ya que es quien va a manipular a los pacientes, los cuales pueden o no ser independientes, pudiendo hacernos daños al coger demasiada carga de manera no ergonómica.

    • El trabajo del celador es uno que cuenta con un gran riesgo de lesiones por los grandes esfuerzos físicos a los que se somete durante un tiempo prolongado. A esto se le puede sumar la ejecución de movimientos repetitivos que conllevan el rotar la columna en una postura incorrecta.

    • También, como hablamos en el apartado de problemas de circulación, al estar la mayor parte de la jornada laboral en bipedestación esto provoca problemas en los discos intervertebrales, tanto de compresión como de llegada de nutrientes del tejido sanguíneo.

  • Como hemos mencionado antes, la repercusión de posturas o esfuerzos forzados en las vértebras pueden causar problemas nerviosos. Al ejecutar maniobras sin una buena posición ergonómica, ejercemos la fuerza desde la columna vertebral y podemos dañar nuestras vértebras y los discos intervertebrales.

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